Arena: control microbiológico
En las playas, o jugando con nuestros hijos en el parque, podemos entrar en contacto directo con la arena a través de nuestra piel.
Aunque pueda parecer un elemento inofensivo, la arena es susceptible de albergar virus, bacterias de origen fecal (como Enterococos o E. coli), bacterias patógenas oportunistas como Staphylococcus aureus (agente causal de enfermedades de la piel y mucosas por contacto), Pseudomonas aeruginosa (patógeno oportunista que afecta a individuos inmunocomprometidos pudiendo causar infecciones pulmonares, renales, de tejidos, septicemias etc.) hongos (mohos y levaduras), algunos de ellos responsables de micosis de la piel, o huevos de nematodos parásitos, perniciosos para la salud humana.
Por ello, la arena de estos ambientes, puede actuar como un reservorio de vectores de infección para los bañistas o usuarios de estas áreas recreativas. En este contexto, la humedad de la arena y el contacto directo con la piel, son factores de riesgo a la hora de contraer una infección.
Metodología de análisis
En Labaqua, analizamos una gran variedad de microorganismos en la arena. El ensayo comienza con un pre-tratamiento de la muestra para liberar los microorganismos adsorbidos a los granos de arena y que pasen a la fase acuosa. A continuación, partiendo de ese extracto se procede al ensayo de detección y cuantificación de todos los microorganismos que interesen. Algunos métodos, basados en filtración membrana e incubación sobre un medio de cultivo selectivo, requieren de etapas posteriores de confirmación de las colonias presuntivas. Otros métodos, como los de sustrato definido basados en NMP (Número Más Probable) no requieren esas etapas de confirmación, y permiten dar resultados al cliente (tanto positivos como negativos) en un menor plazo.